domingo, 7 de junio de 2009

El escalextric: II

En la entrada pasada hemos comparado (de forma relativa) los costes del "combustible" en un coche tipo propulsado por electricidad y por hidrocarburo. Nos centraremos ahora en la comparativa de emisiones de CO2. Esta es la excusa principal aducida por la mayoría de los gobiernos para fomentar, con la boca pequeña dado los grandes intereses económicos que existen detras del petróleo, el uso del transporte eléctricos.
En términos de emisión de CO2, un coche con un litro de gasoil emite 2,6 kg de CO2 y recorre 20 km. Si tenemos en cuenta que el consumo medio a los 100km es de unos 5 litros (5 lit./100KM) tenemos que las emisiones de CO2 despues de recorrer 100 km son de 13 Kg.
Normalmente, en estas cuentas se suele incrementar lo que se denomina el "well to tank". Esto es la emisión de CO2 que se ha producido al extraer, transportar y refinal cada litro de combustible fósil. Este incremento supone un 25% añadido, opteniendo finalmente (13kg/100km)*25%=16,25 kg de CO2 emitidos en 100 km recorridos por un coche cuyo combustible es el gasoil.
Para el caso de los coches eléctricos lo primero que tenemos que calcular es las emisiones de CO2 que se produce al generar 1 KWh de electricidad. En Espña, se produce electricidad a partir de una suma de diferentes métodos denominado el "mix energético". En el año 2007 las fuentes utilizadas junto con el porcentaje de producción fueron: Carbón 25,5%, Ciclo Combinado 24%, Nuclear 19,5%, Eólica 9,9%, Hidráulica 9,3%, Cogeneración 7,6%, Renovables 3,3%, Fuel o,7%. Sabiendo que las únicas que emiten CO2 son: las centrales de carbón 950 gr/KWh, las de fuel 750kg/KWh y las de ciclo combinado 350kg/KWh podemos calcular que 1 KWh de electricidad producido en España emite 25,5*950 gr + 0,7*750 gr + 24,2 * 350 gr = 332,2 gr de CO2. Como un coche eléctrico consume 17,5KWh en 100 km, tendremso: 17,5 KWh * 332,2 gr de CO2 = 5813,5 gr/100 km lo que supone 5,8kg de CO2/ 100 Km. En estos cálculos no se ha calculado el "well to tank" de los diferentes combustibles del mix energético por no poseer datos, pero haciendo estimaciones propias podría suponer un 12% de incremento, lo que supondría: 5,8kg de CO2/ 100 Km * 12% = 6,5 kg de CO2/ 100 Km.
Resumiendo:
Emisiones de un coche de gasoil: 16,25 kg de CO2 a los 100 Km.
Emisiones de un coche eléctrico: 6,5 kg de CO2 a los 100 Km.

viernes, 5 de junio de 2009

El escalextric: I

Para empezar lo primero que necesitamos es saber el consumo energético que supone un coche eléctrico. En la actualidad la variedad de modelos no es muy alta y las prestaciones que publicitan no son comprobables. Creo que un dato medio razonable puede ser el de 17,5 kW*h a los 100 km.
Teniendo en cuenta un contrato típico con la compañía eléctrica (tarifa 2.0) con el que el coste del kw*h es de unos 0,12€:
17,5kw*h x 0,12€/kw*h = 2,17€
Esto supone que el coste en energía de un coche eléctrico al recorrer 100 km sería de unos 2,17€.
No voy a entrar en si el precio de la electricidad es el de su valor real, o si está "subvencionada" por el estado. Todos sabemos que el precio de la gasolina (gasoil) también esta altamente distorsionado (aunque en sentido contrario) por los impuestos estatales, y por lo tanto, aunque es este un tema interesantísimo que prometo tratar posteriormente ya que creo, es la clave del asunto, en esta ocasión, me fijaré únicamente, en los precios de mercado actuales.
Por otro lado, el consumo medio de un coche de gasoil oscila entre 4,5 litros y 10 litros a los 100 km. Si pensamos en una media real de 6,5 litros a los 100km y teniendo en cuenta que el coste del litro de gasoil oscila entorno a 1€:
6,5litros * 1 €/litro = 6,5 €
Por lo tanto, el coste en energía de un coche de gasoil al recorrer 100 km sería de unos 6,5€.
Tenemos por tanto:
Coste de coche eléctrico = 2,17€ a los 100 km
Coste del coche gasoil = 6,5€ a los 100 km
Tres veces más caro el coste del coche gasoil frente al eléctrico.

Formalidad poca... pero que dure.

Llevo algún tiempo alejado de este blog. Me he pasado casi dos años intentando exponer razones, o más bien, dudas razonables, a cerca de las teorías e ideologías que rodean el concepto del cambio climático. Los términos de la confrontación se han trasladado de un ámbito científico o pseudocientífico, al escenario de la opinión pública, que en nuestros días, se encuentra fagocitado por los políticos. No hay, tema, gesto o razón que no termine en manos de algún político para usarlo, exprimirlo, venderlo y escupirlo. Desgraciadamente, este es el "signo de nuestro tiempo".
Por todo ello, quiero redirigir las entradas de este blog a los temas más actuales suscitado a raíz de esta lucha por la supremacía de la opinión popular.
Uno de los temas que más me interesa y por el que quiero empezar a escribir, es el de los coches eléctricos. Para ello resulta inevitable realizar un pequeño estudio apoyándonos en datos recogidos y divulgados por Red Eléctrica de España. No sé si son datos absolutamente fiables, porque me ha costado contrastarlos, pero creo que servirán para hacernos una idea de los ordenes de magnitud que se manejan y lo que esto supone.

sábado, 17 de enero de 2009

Los mitos de los Polos (II)

En la entrada anterior ("Los mitos de los Polos (I)") comentaba que el Ártico es una gran masa de hielo que flota sobre el mar. Pues bien, dicha masa de agua helada, sólo representa el 5% de la masa total helada del planeta. El 90% se encuentra en la Antártida y su mayoría está depositada sobre la enorme masa de tierra que supone el cuarto continente más grande, después de Asia, América y África, con 14.107.637 km². El 80% del agua dulce del planeta se encuentra aquí.
Lo extraordinario (en contra de lo que podría parecer según los pronósticos de los seguidores de la teoría del calentamiento global) es que la masa de agua helada está aumentando.
Durante los primeros años dichos datos fueron ocultados u obviados (ni se mencionan en el famoso reportaje de
Albert Arnold Gore, Jr.) pero los datos resultan aplastantes. La masa de agua helada del planeta está aumentando. La explicación (según los defensores de la teoría del calentamiento global) es que el aire que se encuentra sobre y alrededor del continente se ha calentado (supuestamente) pudiendo contener mucho más vapor de agua de lo que ha podido tener hasta ahora. La Física nos dice que la capacidad del aire de contener vapor de agua se duplica con aproximadamente cada 10ºC de aumento. Parte de esta nueva cantidad de humedad se condensará y caerá en forma de nieve. Esta nieve no se derretirá, y su acumulación hará que la cobertura de hielos de la Antártida vaya creciendo de manera paulatina. Ahora bien, esto es en esencia una neta transferencia de agua de los mares hacia la tierra. Este balance negativo de agua de los océanos hará que, en realidad, el nivel de los mismos descienda unos 30 centímetros. Esta teoría coincide con los estudios que afirmaban que durante los periodos más cálidos de la tierra, el nivel del mar disminuye sustancialmente frente a los periodos fríos.

Ver: "Ecología: mitos y fraudes" Dr. Enrique César Lerena de la Serna, La Plata, Buenos Aires, Argentina

domingo, 7 de diciembre de 2008

Los mitos de los Polos (I).

Siempre se nos ha dicho que el derretimiento de los polos provocaba un aumento del nivel del mar. Pues bien, no es cierto. Hay que diferenciar entre el Polo Norte ó Ártico y el Polo Sur o Antártico. En el caso del Ártico, se trata de una masa de agua helada que flota en el océano, mientras que la Antártida es un continente con su superficie helada. Si el Ártico se deshiela, la aportación de agua extra queda compensada por la perdida de volumen del hielo que se ha derretido. Podéis hacer la prueba en un vaso lleno de agua hasta el borde con algunos cubitos de hielo dentro. Si dejáis que estos se derritan, comprobaréis que no se habrá derramado ni una gota.
Por otro lado tenemos la Antártida, una masa de tierra recubierta por hielo. En este caso un derretimiento de su superficie si provocaría un aumento del nivel del mar puesto que ese agua provendría de la superficie de la tierra por lo que sería una nueva aportación de volumen. Sin embargo esto no ocurrirá. Si la temperatura de la Antártida aumenta 3 grados, seguirá estando muchos grados por debajo del cero y por lo tanto no se derretirá. Lo que sí se podrían derretir son los glaciares que están flotando cerca de la masa de tierra cubierta de hielo, pero como os he explicado anteriormente en el caso del Ártico, esta aportación de agua no generará un aumento del nivel del agua, puesto que, ese agua ya aportaba su volumen a los océanos.

Ver: "Ecología: mitos y fraudes" Dr. Enrique César Lerena de la Serna, La Plata, Buenos Aires, Argentina.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Las imágenes para convencer, las palabras para saber

Una de las escenas que Al Gore se encargó de dejar grabadas en nuestra retina fue la de enormes masas de hielo derrumbándose con estrépito. Recuerdo la sensación. No pude evitar recordar el colapso de las torres gemelas. El mismo sonido, la misma nube que envuelve los alrededores, la misma sensación.
Los periodistas saben bien que siempre es más fácil mostrar la destrucción que la creación. La creación, es un proceso que suele ser lento y progresivo, mientras que la destrucción es inmediata y acaece súbitamente, instantes después del punto de colapso. La muerte, es un hecho natural que conlleva un instante concreto, mientras que el momento de la creación de la identidad de un ser, queda aún sin definición para los científicos.
Con todo esto quiero explicar que la sensación de desolación que nos producen las imágenes del derrumbe de los glaciales es independiente de si está provocado por la teoría del calentamiento global, o por el contrario, es uno más de los millones de colapsos que lleva sucediendo desde hace miles de años.
El tema de el retroceso de los glaciales, el derretimiento de los polos y el aumento del nivel del mar es una muestra clara de lo fácil que es convencer con imágenes aunque detrás de estas no haya conocimiento. En las próximas entradas intentaré exponer el porqué de la falta de rigor en este tema.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Total a pagar...

El tema de las energías viene siempre unida a adjetivos como: "verdes", "sostenibles", "limpias"; o por el contrario: "contaminante", "sucia", "peligrosa"... Pero lo que yo me suelo preguntar es: "¿Y la factura?".

Los fondos públicos, y el dinero del que disponen nuestros políticos son recursos que los ciudadanos cedemos (o se nos quita, el concepto de "impuesto" proviene de "imponer", "coaccionar"). Este hecho, debería de obligar a cuidar con escrupulosidad las prioridades de gasto público. El problema es que, la mayoría de las veces, es el gasto el que les hace imprescindibles. Esto es, cuanto más dinero soy capaz de gastar (gestionar le llaman ellos) más importante soy y más imprescindible e importante es mi labor. Un político es valorado por la cantidad de medidas que es capaz de lanzar y esas medidas siempre van asociadas a gasto, nunca son medidas asociadas al ahorro. Es curioso, lo que un político ahorra permite que los ciudadanos lo gastemos. El dinero que hay es el que hay y sólo se puede gastar una vez.

Pues bien, todo esto viene a colación de algunos precios
comparativos que he leído en esta web. En ella se habla de los costes de la energía dependiendo del método de generación.

Costes por MW/h:

* Energía nuclear: 36 euros
* Energía hidráulica: 45 euros
* Por quema de carbón: 52 euros
* Quema de gas: 60 euros
* Energía eólica: 84 euros
* Energía solar foto-voltaica: 430 euros

De estas cifras además hay que tener en cuenta la parte correspondiente a subvenciones. En el caso de la energía eólica la subvención es de 30 euros por MW/h y en el caso de la energía solar foto-voltaica de 390 euros.

Viendo la diferencia entre los 36 euros y los 430 euros ¿cuando se nos ha justificado los motivos para subvencionar la foto-voltaica en detrimento de la eólica? ¿Por qué le pagamos 390 euros por MW/h a un señor que dispone de 600.000 euros para construir un "huerto solar" y conseguir
rentabilidades altísimas a costa del dinero de todos?

domingo, 19 de octubre de 2008

La Misión... Algoriana.

Desde este blog he intentado siempre mantener una postura crítica a lo que considero una posición demasiado politizada y extremadamente dogmática. La tiranía con la que los seguidores algorianos intentan imponer su creencias exceden con mucho lo aceptable. ¿Entra dentro de lo posible oponerse a sus dogmas? ¿Alguien puede mantener una postura contraria sin que se dude de su salud mental, su nobleza de espíritu o de su independencia de la oscura y mezquina esfera de intereses económicos? ¿Es moralmente aceptable la oposición a los corolarios algorianos?
No deja de sorprenderme el carácter religioso de la teoría del Calentamiento Global. La estructura de conocimiento, organización y desarrollo se ha extendido de la misma forma que la Iglesia articuló su implantación hace ya 2000 años. La teoría, inicialmente científica, se ha tornado en un acto de fé: "yo creo en el Cambio Climático" es una frase demasiado escuchada que es ya imposible de rebatir sin que peligre tu integridad e integración social. El concepto ha trascendido al ámbito de lo "sobrenatural" para quedarse como vértice superior de la pirámide de valores de la refundada "religión laica".
Una vez bendecido el mensaje, aparece el mesías, cuya misión, dolorosa y solitaria, es la de propagar la verdad. Y para ello debe fundar una Iglesia: The Climate Project (TCP). En su web oficial se pueden ver apartados que rezan así: "Misión", "Visión", "El encuentro". La metodología para la propagación del mensaje resulta proverbial. El Maestro, forma y alecciona a apóstoles que a su vez hacen llegar el mensaje a todos los rincones del planeta. Como ellos mismos dicen en su web: "...El objetivo de nuestra organización es, entre otros, la concienciación de la sociedad mediante presentaciones impartidas por voluntarios formados por TCPS y a través de la realización de seminarios."..."Mediante la concienciación y la educación queremos crear una armada de líderes sociales en España y en América Latina para difundir el mensaje..."
La historia está plagadas de mesías que han intentado convencernos de la existencia de "un mundo feliz". Algunas de estas personas han entregado su vida al servicio de su causa. No han dudado en dejarlo todo para salvarnos. Todos ellos me merecen el máximo respeto. Lo que no consiento es que intenten salvarme con mi propio dinero y sin opción a negarme.
"Qué es acaso el laicismo en nuestros días, si no una religión"

sábado, 11 de octubre de 2008

Los huracanes, el estado y el cambio climático. (II)

Al igual que el mito del aumento del número de huracanes en la última década existe el mito de que la fuerza de destrucción de los mismos a aumentado en la misma proporción. Pues bien, en este punto estoy de acuerdo,... pero no en el mismo sentido. Me explico.
El verdadero problema de los huracanes no es el huracán en sí, si no los perjuicios que estos puedan ocasionar a las personas. Parece de Perogrullo, pero no lo es tanto. Hay una causa por la que el número de damnificados a aumentado sin que necesariamente haya aumentado la fuerza de los huracanes. Y esta es que lo que a aumentado es el número de ciudadanos que eligen estas zonas de alto riesgo como lugar de residencia. ¿Y porqué sucede esto si el sentido común hace pensar que nadie pondría su casa en medio de un huracán? Existen muchos factores, pero uno de los principales es la reducción en el seguro de las viviendas, como consecuencia de la subvención que el gobierno de los EEUU otorga a los ciudadanos que se encuentran en estas zonas de riesgo. Paradójico y paradigmático. Por un lado se presentan como adalides del cambio climático, pero como tantas veces, es una pose, una foto, una imagen.
En mi opinión, es una muestra más de lo que el estado está dispuesto a hacer para definir (alguien se atrevería a decir "diseñar") nuestro mundo y a nosotros mismos, y lo alejado que están de nosotros. Estas semanas estamos viviendo ejemplos claros en los que intentan, incluso, "refundar" una "nueva economía". Con su arrogancia y prepotencia típica. Con ese insoportable y anodina ganas de trascendencia y notoriedad.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Los huracanes, el estado y el cambio climático. (I)

Este año es el huracán Ike. Primero asolaba uno de los últimos bastiones comunistas (al menos eso dicen) y luego arrasaba las costas y el interior del paradigma liberal (al menos eso dicen).
Resulta curioso que en los últimos años, la sensación popular y la intención de los medios de comunicación, sea la de demostrar un incremento radical del número de huracanes y de la fuerza destructiva de estos. Por si este nuevo mito no fuera suficiente, es imposible, ni siquiera cuestionar que dicho incremento es causa directa del cambio climático de Al Gore. Pues bien, como casi siempre, el sentido común no suele ayudar en cuestiones de ciencia, puesto que lo obvio y evidente no tiene por que ser lo cierto, aunque lo parezca. Eso sí, lo obvio y evidente es fácil de transmitir a la ciudadanía y parece más cargado de verdad puesto que se entiende fácilmente, sin necesidad de esfuerzo, y el esfuerzo, hoy en día, es un valor a la baja. Lo que cuesta entender no merece la pena ser estudiado por que adquiere un matiz de falso. En cambio, lo inmediato es correcto. Ortega y Gasset hablaba de la filosofía como "el esfuerzo intelectual por excelencia".
Pues bien, según la National Weather Service, en el gráfico que muestra el número de huracanes por década en EEUU, se puede observar que estos han disminuido en los últimos 50 años, encontrándose muy por debajo de la media.
Sin duda el binomio "desastres-cambio climático" es demasiado redondo, obvio e intuitivo como para no ser utilizado. De echo es casi imposible imaginar que no sea así.