jueves, 24 de abril de 2008

El CO2, los prejuicios y la libertad.

Resulta obsceno, cómo nos han inoculado el virus de los prejuicios sin que nos enteremos. Estos días, buscando información por la red acerca de la emisión de CO2 de los diferentes medios de transporte, me topé con esta página web: http://www.terrapass.com.
Es un sitio en inglés, donde se nos "enseña" ( ¡pobres ovejas descarriadas! ) a minimizar el calentamiento global con nuestras propias decisiones. Hasta aquí, nada nuevo. Lo interesante es un pequeño simulador que nos permite saber el CO2 que se emite a la atmósfera utilizando los siguientes medios de transporte: avión, automóvil y tren. Para probar , metí los datos de un supuesto viaje entre Madrid y Barcelona. El resultado ( expresado en millas por galón ) no es sorprendente. El sistema de transporte que emite más CO2 es el avión, seguido del coche particular y en último lugar (es decir, el más "ecológico") el tren. Sin embargo, en un alarde de honestidad, en la simulación, se nos muestra un cuarto dato: un coche particular con dos ocupantes. Y resulta que éste es el medio de transporte menos contaminante, por debajo del tren (paradigma de la nostalgia verde mochilera). Cualquiera (y he de reconocer que yo también) habríamos jurado que el coche es el medio de transporte más contaminante. Es un ejemplo claro de los prejuicios adquiridos en torno a lo "ecológico" y a los valores negativos del progreso y la tecnología. Sin duda la eficiencia energética conseguida en los automóviles gracias a la tecnología aplicada es extraordinaria, pero en lugar de ser vista como un logro y un avance, es vista como una industria sucia y alienante. En las últimas décadas, el coche ha dotado al hombre de la mayor cota de libertad que la humanidad haya conocido. Ha democratizado algo de lo que antes sólo podían disfrutar los ricos: la libertad de conocer el mundo.